Calentamiento global: La consciencia cala en los hogares
Cuando en 2004 la apertura del predio de la Ceamse puso mil toneladas de basura por día a pocas cuadras de su patio en Villa del Plata, Jorge Safar resolvió que no iba a ser él mismo parte del problema y empezó a reciclar sus residuos domiciliarios. Aquella preocupación por su entorno cercano no tardó, sin embargo, en conducirlo hacia una consciencia más amplia del alto precio que se paga por ciertas comodidades. Hoy, Safar y su familia no sólo se hacen cargo de sus desechos: también se preocupan por no derrochar agua ni energía.
Lejos de los días en que el calentamiento global era visto como una amenaza dudosa, cierta consciencia de responsabilidad individual parece instalarse de a poco también entre nosotros. Con distintas motivaciones, un número creciente de familias ha comenzado a adoptar en su casa diferentes prácticas para no contribuir con el deterioro del planeta.
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